domingo, julio 16, 2006

Queridos Feligreses


Yo he tratado a las mujeres en su intimidad y por eso estoy tan enterado de sus misterios, que de ellos sé de lo que quizás no sepa ningún otro hombre, porque yo me crié dentro de sus habitaciones privadas y me eduqué con ellas, sin reconocer más personas que mujeres, sin tratar con hombres hasta que llegué a la edad de la juventud. Ellas venían continuamente a besarme la cara, me enseñan a leer el Alcorán, me recitaban muchos versos, me adiestraban en la escritura. De aquí que yo, desde que empecé a tener uso de razón, en los primeros años de mi infancia, no pusiese otro empeño ni trabajase con mi espíritu en otra cosa que en conocer bien las cualidades de las mujeres y en enterarme de cuanto les oía referir de sí mismas.

Y como ya luego no he olvidado nada de lo que de niño vi que ellas hacían, acabé por concebir contra ellas una intensa antipatía instintiva y pésima opinión.

El espíritu de las mujeres está vació de toda idea que no sea la de la unión sexual y de sus motivos determinantes, la de la galantería erótica y sus causas, la del amor en sus varias formas. De ninguna otra cosa se preocupan, ni para otra cosa han sido creadas.

En esta materia (del amor sexual) jamás pensé bien de nadie. Por natural temperamento he sido siempre un celoso (…) además nunca he cesado de escudriñar noticias feministas y de procurar descubrir los secretos de las mujeres. Como ellas, por otra parte, tuvieron conmigo siempre gran familiaridad, confiabanme sus más íntimos secretos de modo que, si no fuera porque se trata de cosas feas que Dios prohíbe poner al descubierto, referir podría, en verdad, tales maravillas de la sagacidad y artes aviesas que para el mal poseen las mujeres, que dejarían atónito al más avisado. Pero, aunque yo estuve siempre tan enterado de todo esto, bien sabe Dios – y con que Él lo sepa me basta – que estoy por fuera y por dentro absolutamente limpio y puro de toda mácula en tal materia; tanto, que puedo jurar en Dios solemnemente que jamás desaté mi manto para un placer ilícito, ni mi Señor me habrá de tomar cuenta de pecado alguno grave de adulterio, desde que tuve uso de razón hasta el día de hoy.

Nuestro estado social no deja ver lo que de sí pueden dar las mujeres. Parecen destinadas exclusivamente a dar a luz y amamantar a los hijos, y este estado de servidumbre ha destruido en ellas la facultad de las grandes cosas.

He aquí por qué no se ve entre nosotros mujer alguna dotada de virtudes morales: su vida transcurre como la de las plantas, al cuidado de sus propios maridos. De aquí proviene la miseria que devora nuestras ciudades porque el número de mujeres es doble que el de hombres y no pueden procurarse lo necesario para vivir por medio del trabajo

Del “Tauq o Libro del Amor “ de Ibn Hazm

sábado, julio 15, 2006

Dias Funestos


Hola

Como ya todos deben saber la alegria son los pequeños espacios que nos deja la tristeza y la desason.

Hace unas semana me quede sin trabajo por "Necesidades de la Empresa "

Asi que soy uno mas en la lista del muro, buscando trabajo , comprando el mercurio para leer el Artes y Pegas para enviar el lunes o martes los correspondientes curriculum por pega.

Preparando mi mejor terno y mi mejor sonrisa de que aqui no ha pasado nada y soy el mejor del mercado para su empresa asi que se pierde una gran oportunidad en temerme en su empresa.

En fin espero encontrar algo antes que se me acabe la plata...hagan fuerza...por mi ...no en el baño .

Y si alguien sabe de algo no duden en avizarme.